¿TE AYUDAMOS Y HABLAMOS DEL RUIDO?

SENTENCIA al ruido.

La actividad frente a la agresión acústica es frenética. Asuntos y problemas de ruido que, desde un sufrimiento privado, llegan al campo administrativo o público y en sus últimas y obligadas fases al amparo judicial.

Solucionar el problema en las primeras fases, tras el primer requerimiento o escrito dando a conocer el problema generado, no es nada común. Los motivos de no conseguirlo son variados. Vemos entre ellos el desconocimiento, la poca importancia dada al asunto, la animadversión entre las partes, la cabezonería e incluso la simple dejadez.

Muchos de estos problemas tienen solución técnica. Por ello, cuando un arreglo, adecuación o mantenimiento adecuado pudieran poner fin al problema y no se realiza, es para “dar de gorrazos” a todos los que intervienen en el asunto. No podemos dejar de exigir la corrección, una corrección posible, real y solamente técnica. 

Otros muchos se deben a comportamientos o hábitos que, estando dentro del normal y diario actuar, generan molestias. En este caso no podemos permitir que no se produzcan cambios, aunque mínimos, que demuestren la importancia de respetar a los demás y evitar la molestia que generamos. “No te pido que dejes de comer. Pero come sin ensuciar a los demás.” 

Pero, cuando entramos en el campo de las actividades y del control por parte de las Administraciones, el ruido se hace más esquivo. Los intereses chocan y la economía (coste-beneficio) reluce ruidosa. Es en este campo donde nos encontramos ante la inactividad, incluyendo en esta última la acción ineficaz, de la Administración. Muchas veces he criticado el movimiento inútil de las Administraciones.

Por ello, debemos exigir que cuando un Ayuntamiento actúe contra el ruido solucione realmente el problema. No podemos administrar sin solucionar y no podemos requerir sin conseguir corregir. Si nos movemos, si abrimos expediente de medidas correctoras, iniciadores de medidas, etc… debemos hacer un seguimiento riguroso. Se debe responder al ciudadano y exigir, previa comprobación de los diferentes expedientes de apertura, el cumplimiento riguroso de las condiciones de insonorización, aislamiento y control de los niveles de ruido de la actividad.

La judicialización de los casos ruido, tema de una ponencia que realicé en el I Congreso de Acústica de Cataluña, es la última instancia. El amparo judicial deja en evidencia todos los errores cometidos ante el ruido. El Abogado del Ruido asesora iluminando el camino y facilitando la solución mucho antes de llegar a este punto judicial. Pero ser bueno frente al ruido no es lo mismo que tonto ante su constante e incesante molestia. 

Por último decir que la ley, el imperio de la ley, nos obliga. Solucionar sin llegar a judicializar es importante pero que no se olvide nadie que “Sentencias hayan y las ganes, que ganando lo moderarás”

Antonio García.(Abogado Director de Abogado del Ruido)

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"En el nivel de ruido que nos molesta, influye sobre todo el nivel de conciencia que frente al mismo tiene quien lo genera".

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