Este libro intenta plantear otra manera de enfrentar, y por lo tanto solucionar, el problema del ruido urbano. La autora afirma que escuchar implica pensar, y escuchar las ciudades significará contar con una buena disposición para entenderlas de mejor manera. Ninguna ciudad suena igual a otra, las ciudades hablan de lo que son a través de su historia, su cultura, su urbanismo y su arquitectura, pero también de sus sonidos. En la actualidad se ha perdido la capacidad de valorar la calidad sonora de las ciudades, nos hemos vuelto insensibles a la información que recibimos en cada momento. Por ello es muy importante un análisis acústico más detallado, el cual se plantea a través de diversos acercamientos que se plasman en este libro. Existe una urgencia por mejorar acústicamente los espacios urbanos, el buscar alternativas en el análisis es uno de los aspectos que persigue este texto.